jueves, noviembre 23, 2006

"Soy bigotista" (autoentrevista 1)

Yo me mi conmigo. A lo Juan Palomo. Yo me pregunto, yo me respondo.

- Hoy, le preguntaré sobre libros ¿usted lee?
- Dios, qué aprieto... Tengo varios libros entre manos pero todos a medias...

- Elija uno y dígame porqué debería leerlo.
- Pues... "La trampa balcánica" de Francisco Veiga. Pero la última edición, donde el autor ha actualizado los contenidos. La cuestión de fondo es que las cosas siempre son más complejas de lo que parecen, y que cualquier observador que no haya recibido la formación adecuada puede hacer lecturas erróneas sobre lo que está viendo.

- Es decir que nos engañan.
- Bueno, nos dejamos engañar poniéndonos en manos de personas que no están a la altura de las circunstacias: políticos, periodistas y opinadores... No me malinterprete, me refiero a algunos políticos, a algunos periodistas y a algunos opinadores.

- ¿Cuál es el peor de ellos?
- Lo peor, es la suma. Un político lanza una invectiva -que nunca debería haber lanzado-, un periodista la amplifica dotándola de sentido histórico -cuando no tiene las herramientas para hacerlo-, y los opinadores la refuerzan -ellos viven de opinar, sin importar la calidad de las opiniones-. En resumen, esta cadena de errores provoca tragedias porque difunde muchas mentiras.

- Está usted hablando casi, como si fuese el autor del libro...
- ¿Y por qué no? Lo he interiorizado. Ya es mío.

- ¿Y cómo conoció la existencia del libro en cuestión?
- Decir azar sería estúpido... así que cuente que está hablando con un estúpido.

- ¿Y los balcanes?
- Bueno, fue un poco casual. Como usted sabe, soy una persona muy interesada en los bigotes, y los balcanes siempre han sido una zona proclive a generar bigotes de grandes proporciones. Pero fíjese, así como ha habido mucho cerdo camuflado bajo los pelos de la nariz, la mayoría de los cerdos balcánicos no llevaba bigote. Por ejemplo, Enver Hoxa, el criminal dictador albano, el sanguinario Ante Gotovina, o qué decir de Radovan Karadzic... o Ratko Mladic. Ninguno de esos cabrones lucía bigote. En cambio... piense en un serbio en abstracto. El paradigma de serbio. Seguro que lleva bigote.

- Si usted lo dice...
- Lo que yo le quería contar desde el principio es esto. El bigote no es malo ni bueno en sí, como todo. Depende más de la boca que cubre. Además, a mi sirve como método para analizar el mundo. Hay liberales, hay marxistas, hay incluso davidbisbalistas... yo soy bigotista. El bigote me sirve para aprender.

- Perdone, aquí los temas los introduzco yo...
- Exacto.