jueves, noviembre 23, 2006

Empieza la cruzada

Compañeros,
aquí y ahora proclamo que voy a empezar una guerra. Me siento minoría. Me siento constantemente menospreciado. Ninguneado. Reducido a la nulidad. Los supermercados a los que voy, los bares donde tomo cerveza, la panadería donde compro el pan, los he seleccionado siempre bajo el mismo criterio. Que tengan una mínima relación conmigo. Que me representen. Que me hagan sentir como en casa.

Pero todavía, muchos de los sitios que frecuento y los servicios que utilizo no me tienen en cuenta. ¿Será que no me quieren como cliente? Lo que sí que aceptan es mi dinero. Así que, si quieren seguir teniéndolo, deberán aceptarme y adecuarse a mi. ¿Acaso no vivimos en la era de la personalización? ¿O es que la muletilla "a su medida" que repiten hasta el hartazgo no es más que una paparrucha?

Lo dicho, voy a reivindicarme. Voy a luchar para que el mundo reconozca mi lugar ¡Viva la discriminación positiva! ¡Vivan las marcas con bigote!


Primera meta. Que Vueling me escuche. Voy a dirigirme a su departamento de atención al cliente. Y no cesaré hasta que me envíen, por lo menos, una foto de alguno de sus trabajadores que lleve bigote. Un piloto o un azafato.
Os iré contando.