¿Nacho Vidal?¿Rocco Siffredi?

En el mundo del cine equis (X) sucede lo mismo que en la mayoría de actividades humanas. La tendencia hacia la superespecialización obliga a planear la carrera profesional de alguien desde la más tierna infancia. En los años 70, por ejemplo, uno acababa de actor porno de rebote, tras pasar por innumerables trabajos degradantes, mal remunerados y después de haber sido humillado reiteradamente.

Al parecer todo cambió con la llegada de Rocco Siffedri (310 películas como actor), quien además supuso un punto de inflexión en la industria cinematográfica para adultos, ya que se convirtió en una superestrella masculina, cuando las verdaderas protagonistas del rollo eran las mujeres. No hace falta ser muy inteligente para deducir el porqué.

Lo que vendrá después de Rocco, o de Nacho Vidal (228 películas), casi lo podemos imaginar. Los padres, como hacen los de los tenistas, llevarán a sus hijos al plató con sólo tres años, para que vayan acostumbrándose a convivir con la carne y las cámaras.

Con doce años serán unas precoces máquinas de copular, que desbancarán a todos los actores en activo y ver cómo sus gametos salen proyectados de su cuerpo costará... una gónada.

¿Pero que había antes de Siffedri o de Vidal? Mucho. Por ejemplo, Harry Reems, protagonista de Deep Throat -Garganta Profunda-. O el inconmensurable Ron Jeremy (971 películas!!!!) cuya estatura era de sólo 1,68 centímetros... O John Holmes, tal vez el actor porno más famoso de la historia.

Y ¿qué tenían todos ellos? Muy probablemente un talento innato.

Pero sobre todo, unos bigotes memorables. Por eso existe la tentación de asociar al bigotudo, con un actor porno. Pues vale...

Fotos: Harry Reems (arriba), John Holmes (tapado por las manos), Ron Jeremy (posando como una sirenita - ¿¿¿es un imán de nevera???).

Tienes algo ahí... sobre el labio.

Ojazos y bigotazo de chocolate.

¿Quién quiere jugar?

Funkymoustache

Porque el que cibe... recibe!

Para nuestro amigo FunkForward.

Visítalo ya!

¿Y si te afeitas?

No importa. El bigote se lleva dentro. Pero si además quieres mostrarlo puntualmente... este tipo te da una brillante idea.

Moustached heart!

Un pakistaní desnudo

...o sin bigote, que casi es lo mismo, explica la versión pakistaní del kebab turco. Cuenta la leyenda que el kebab, en realidad, se inventó en Berlín, cuando un inmigrante turco unió dos conceptos que hasta el momento vivían separados. El pan de pita y la carne. El tío se hizo multimillonario, claro que sí.



Más sobre el döner kebab, aquí.

El frutero de Aída

Parece que hemos encontrado una serie con continuidad. "De los creadores del hijo de Hitler... el frutero de Aída".

Enjoy!

¿Sabías que...?

...hay un grupo filipino que se llama Bigote? Yo tampoco lo sabía. Hacen funk-rock, y tienen unos nombres estupendos, como la mayoría de los filipinos.

Si os interesa, aquí tenéis su web. Cataclick aquí. No suenan mal.

Un bigote para entender el mundo

He encontrado una tira que resume el propósito de este blog. Afortunado que es uno...

Si no llevas bigote, no te enteras.

El hijo de Hitler

Gracias Ric!

Chin-pum

No todos los bigotes molan. No, no. Algunos no los echaré de menos cuando desaparezcan. Los bigotes arrogantes, los bigotes que no respetan las normas, los bigotes que se creen con la verdad absoluta, los bigotes que no permiten que la gente se equivoque, los bigotes que no aceptan el diálogo, los bigotes sordos... Esos bigotes no los quiero.

Existe en España una tradición muy extraña. Respetar a los difuntos, a pesar de que éstos hayan sido unos grandes canallas. Pues no. No me da la gana. Pinochet se saltó a la torera la decisión de los chilenos, aunque pudieran haber elegido un gobierno equivocado. La infinita prepotencia del militar le impidió dejar que el propio pueblo chileno aprendiera de su presunto error. Y mató, aterrorizó, exterminó y provocó el exilio. Al final, se zafó de la justicia. Pero por suerte, no sólo los buenos mueren.

Un bigote menos, a veces, es un bigote más.

Hasta nunca.

Mexicanas con mostacho

Este verano, Tiziano Ferro se encargó de crear una polémica, él solito, sin que nadie le tirase de la lengua. "Las mujeres mexicanas llevan bigote", dijo en un programa de gran audiencia italiano.

La respuesta sería... ¿y qué?



Eso sí, al ver que peligraban los pesos, y que México es un mercado con un potencial enorme... se disculpó. Maldito hipócrita. Si dices lo que piensas, asúmelo.

¿Para qué sirve el fútbol? (II)

Como dice el tópico ibérico, “si yo fuera presidente” de un equipo de fútbol, mediría muy bien quienes son mis seguidores.

- Mira, majo… a ver, ¿cuánto te han costado esa bufanda y esa gorra y esa bandera y ese póster y esa manta y esa figurilla y ese cenicero y….y….y…?

- Un trillón de chocofrostis.

- Perfecto. Aquí tienes tu dinero. Devuélvelo todo y no menciones nunca más el nombre del club. No queremos gente como tú.

- ¡¡¡¡Pero, si yo he estado en 1.328 finales de la copa de Europa con sus respectivos desplazamientos, llantos y botellas de champán!!!!

- Lo siento.

- Ataúlfo, Fritigerno, Alarico, Teodorico, Leovigildo, Recaredo…

- Ya… pero saber la alineación de la liga del 437 no es suficiente.

- Llevo un tatuaje. El politono de nuestro sagrado himno en el móvil. Me han roto la cara doce veces. He llorado muchas noches. Muchas. ¡Y convencí a mi primo para que se hiciera del club!

- No puedo permitir que nos des apoyo. No mientras sigas con esa actitud. Nuestro club está formado por seres humanos con principios… y parece que tú tienes principios, pero no son demasiado humanos.

- Esto es inadmisible… qué vergüenza… que humillación…¡el club no es suyo! ¡voy a poner una bomba en el estadio!


Y además de ser un animal… no llevas bigote.

No afeite bigotudos

Esta es la imagen con la que quería ilustrar la entrada anterior. La he capturado de la web "En una baldosa. Fútbol con bigote." Pero, algún tipo de problema en mi equipo no ha permitido subirla hasta ahora. Pues nada, aquí esta.

Sigamos jugando.

¿Para qué sirve el fútbol? (I)

Ayer por la noche estaba delante del ordenador, cómo no, cuando de repente estalló el júbilo en el mundo exterior. Mis vecinos daban brincos y gritaban. Los coches tocaban el claxon enloquecidos. Por las calles los niños corrían dando alaridos como posesos. Alguien aporreaba una cacerola en un balcón.

¿Habrán descubierto la vacuna contra el SIDA? ¿El remedio definitivo para la pobreza? ¿Se habrá demostrado que el hombre tiene una parte honesta? ¿Ha bajado el precio de la vivienda? Nada de eso. Alguien acababa de marcar un gol. Algo es algo… Me alegra que la gente esté alegre.

Me conecté a la web de Marca, donde hacen un seguimiento minuto a minuto de los partidos en curso. Se jugaba la Champions. Barcelona contra Werder Bremen y Roma contra Valencia. Y me metí en uno de esos foros donde puedes hacer comentarios durante el transcurso de los partidos. Cuánta bilis y qué poco sentido del humor.

- ¡Maricones! –decía uno.
- El balón de oro es una estafa –respondía otro.
- Tenéis envidia de las 9 copas de Europa.
- ¡Merengón!
- ¡Catalino!
- ¡Ronaldinho está acabado!
- ¡Pues Raúl más!
- ¿Acaso tu equipo tiene 29 ligas? Jajajajaja

Ante tal situación, no pude más que intentar poner algo de paz manifestando unas preferencias que no fuesen directamente contra nadie. O al menos, sin ofender.

- ¡Ni Barsa ni Madriz, porque ninguno lleva bigote bajo la nariz!

- ¿Eres del Valencia?
- No, perdona, soy del Presidente del Valencia, Juan Bautista Soler, que luce un bigote espléndido [muy parecido por cierto al de Ned Flanders].

- ¡Ramos Marcos el mejor! ¡Nunca ha encajado una derrota! [Porque es árbitro, claro, y tiene un mostacho sensacional.]

- ¡Viva el bigote de Stalin, pero NO Stalin!

- ¿¿Cómo?? ¿¿¿¡¡¡Que hay alguien que tiene 29 bigotes!!!?? ¡Anda ya!


Hubo un par o tres de internautas que bajaron el tono agresivo… Incluso alguno que hizo su aportación. (“Viva Juan y Medio”, “Que vuelva Rocha” “Necesitamos a Víctor Jara”) que agradecí. Lamentablemente, era casi imposible llevar una conversación normal con nadie. El sistema de chateo sólo permitía escribir un comentario cada minuto… Y justo al final, cuando estaba a punto de concluir el partido, un apuntado de última hora escribió: ¿Qué es esto, un partido de fútbol o un episodio de “Just for laughs”?. Un comentario que me hizo muy feliz.

Si el fútbol, para algunos, sólo sirve para pelearse… el bigote servirá para poner paz. ¡Que vuelvan los bigotes al fútbol por favor!

Les dejo un link con mucha miga. Desde la otra orilla,"En una baldosa. Fútbol con bigote."
Un fuerte abrazo para ellos.

No sin bigote

Ned Flanders se niega a quitarse el bigote. Claro que sí. Podéis ver el micro-vídeo pulsando aquí. Corto pero intenso.

Al principio no había nada

...y esa mano que lo mueve todo creó la plastilina,
las notas musicales y el sabor a vainilla.
Los días de fiesta, y las vísperas de los festivos.
Los chasquidos de los dedos y los silbidos.
Todo llegó de forma ordenada.
¿Pero... cuándo creó el bigote?
No estoy seguro, pero para mi,
Antes del bigote, no había nada.

¿Te acuerdas de cuándo viste un bigote por primera vez?

Te pillo el guante...

...y muy pronto te lo devuelvo.

Amigos, si tienen un momento, visiten a http://funkforward.blogspot.com/

Un bigote tremendo. Y funky.

Keep heating!

De Madrid a...

...no sé dónde. Pero la conquista, de momento, ha empezado en Madrid. De forma muy modesta, empleando uno de los soportes más frecuentados por los bigotes de pintura. Los carteles publicitarios de la calle.

Y ahora no me digas que tú nunca has pintado uno. Pero, ¿te has preguntado por qué?